Paseó su ausencia delante de mí
perfumada de encajes y desaires.
Desnudó verdades
insufladas de vacío,
ecos de existencias miserables.
Oscuros egoísmos,
inconsolables temores,
sepultados entre próceres.
Blandió el metal
con vileza extrema
y en certeras estocadas
sentenció la agonía.